Desde México hasta la Argentina, los políticos y presidentes tienen calificativos poco democráticos cuando ven que los Medios los observan en desaciertos de su gestión.
Pareciera que expresiones como "sucios," "bestias salvajes" y "terroristas" es lo mejor que a uno se le puede ocurrir cuando la razón carece de otros justificativos que, muchas veces, explique lo inexplicable.
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